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Relato #OrigiReto2019 | La herencia (Enero)

No sabía si cogerlo o no cogerlo. Producía temor con tan solo mirarlo, ahí quieto, sin vida, pero que parecía estar persiguiéndote. Fueras a donde fueras ahí estaba, como si fuese un chicle o una mochila de la cual no te podías deshacer.

Maldito, mil veces maldito. Así estaba el condenado botijo de mi abuelo. Ese botijo que ha pasado de generación en generación. Ese botijo que arruina la vida a todo aquel que es legado, como le pasó a mi tatarabuelo, a su hijo después de él o, incluso a mi padre antes de heredarlo yo. ¿O quizá quienes estuviésemos malditos fuésemos nosotros, los hombres de esta familia? Pero os voy a contar cómo sucedió, cómo mi tatarabuelo encontró este botijo marrón, donde en uno de sus lados está la figura de un hipogrifo con la cabeza alta y las alas abiertas. Una criatura mitológica espléndida, todo hay que decirlo, pero no el lugar donde se encontraba grabado.

Mi tatarabuelo Sebastián estaba en unos de sus viajes, uno de los muchos que solía hacer a lo largo del año. Esta vez había decidido ir a Roma, a ver las ruinas del arco ‘Septimio Severo’, pues allí le esperaba una de sus muchas amantes. Además, ardía en deseo de conocer de una vez por todas Italia y su capital, así que con tan solo un petate y un poco de dinero se embarcó rumbo a Italia en el primer barco que zarpó.

Dalia le esperaba con los brazos abiertos, pero con un secreto que Sebastián descubrió cuando ya fue tarde, el cual contaré más adelante. Vamos despacio y con buena letra. Sebastián pasaría en Roma dos semanas, o más según fuese la estancia, y ya tenía los planes hechos con Dalia de guía por toda la ciudad. Comerían en las pizzerías más famosas y cenarían en casa de ella para después proceder a ver la ciudad cuando todo el mundo estuviese dormido y dejarse llevar por la pasión como si de dos adolescentes se tratasen. Y así fue, al principio. Dalia le llevó a ver el Foro Romano y se dedicaron a ver ruina a ruina bien a fondo, empezando por el ‘Templo de Cástor y Pólux’ y acabando por el’ Templo de Jano’.

Todo iba a las mil maravillas, ambos eran felices en la presencia del otro y en todo momento no paraban de recordar esas tardes en la que se conocieron, ella con tan solo 20 años y él con 22, cuando estuvo investigando para el periódico de su ciudad, en la cual se dedicaba a mencionar todo aquellos monumentos o bares que ningún turista podía perderse. Se chocaron y saltaron chispas al instante, desde entonces habían seguido manteniendo el contacto. Tres años después, Dalia le había propuesto volver a verse y él no se lo pensó dos veces, pues necesitaba hacer algo distinto, salir de la rutina.

La última noche, Dalia no pudo más, rompiendo a llorar decidió contarle lo que le costaría todo lo que poseía Sebastián. Dalia le contó que iba a casarse con el hijo del jefe de su padre un año antes de conocerlo; sin ella amarlo, sin él amarla, por lo que decidió huir de casa, huir de un matrimonio sin amor, pero que en su huida, de noche, sin dinero y perdida, una anciana se apiadó de ella y le dio cobijo en su casa, esa casa donde en esos momentos se encontraban ellos dos. La anciana fue muy amable con ella, le dio una cama donde dormir y una manta para abrigarse, pero a la mañana siguiente se encontró sola en esa casa. Esa anciana amable se había ido. Dalia esperó horas, días, pero no regresaba. Cansada y aburrida de esperar decidió husmear por la casa y en la habitación donde había estado durmiendo se encontró justo bajo la cama una trampilla, en esa trampilla tan solo se encontraba un botijo envuelto en una manta. Se disponía a volver a casa con él, y así lo hizo, pero los padres renegaron de ella, la desheredaron y la dejaron sin nada, así que volvió a la casa. La cosa fue de mal en peor, no la contrataban en ningún lado, en la calle la repudiaban, por lo que decidió proponerle a Sebastián que la visitara y así liberarla entregándole el botijo. Sebastián conmovido decidió llevarse el botijo, pensando que las cosas salieron mal porque es lo que ella cree que pasó, pero que en realidad era un simple botijo.

La sorpresa vino el día que se despidieron, cuando Sebastián salió de la casa con botijo en mano y no había dado ni dos pasos cuando Dalia se desintegró como si de humo se tratase. Sorprendido, Sebastián huyó de allí, aunque en el camino no dejaba de pensar si lo que acababa de suceder era verdad o solo imaginación suya. Una persona no podía desaparecer así como así, era imposible. Con estos pensamientos cogió el barco de vuelta sin acordarse del botijo hasta que llegó a casa.

Al día siguiente a su llegada a Madrid, dispuesto a ir al trabajo le dieron la noticia de que su hermana había fallecido al dar a luz, dejando en el mundo un niño sin padre, pues el padre falleció tres meses antes al suicidarse al diagnosticarle una enfermedad que le dejarían en silla de ruedas y decidió quitarse la vida antes de que su mujer le tuviese que servir toda la vida. Así fue como mi abuelo Roberto pasó a ser como su hijo, pero esa no fue la única mala noticia. Unos días después su jefe le había despedido, se había cansado de publicar en su periódico recomendaciones de monumentos y bares, lo veía obsoleto alegando que ya nadie viajaba; así fue pasando una tragedia tras otra y con el botijo maldito fue pasando de generación en generación hasta llegar a mí, a mis manos.

¿A qué viene toda esta historia? Pues que ya ha caído tal desgracia sobre mí, pero yo voy a hacer algo que mis antepasados no se atrevieron a hacer, y no hablo de romperlo porque parece ser irrompible. No pienso dejar que este botijo arruine la vida a mi hijo de dos años, no pienso dejar que me arrebate a nadie.

Elena, Ismael, con esto quiero decir que lo sois todo para mí. Esto no es un adiós, pues nos volveremos a encontrar, no en esta vida, pero si en la otra.

Os quiere, Rodrigo.

PD: No lloréis por mí, en su lugar celebradlo con una botella de ron. Celebrad que salvé a mi querido hijo de una maldición que le habría arruinado la vida.

 

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Reto creado por Stiby y Katty

Objetivo: 1 Protagonista principal es un botijo o un objeto maldito o que la historia se centre en él.

Objetos ocultos: 4 Criatura mitológica y 19 Botella de ron

 

Gracias por leerme ^^

 

39 comentarios en “Relato #OrigiReto2019 | La herencia (Enero)”

  1. Madre mía, genial, he viajado hasta los sitios nombrados, me ha encantado, anda que la maldición podían haberla parado antes, pero bueno, nunca es tarde para que uno reaccione, aunque hallan tenido que pasar generaciones.

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  2. ¡Hola! Jajajajajajaja Ay, lo siento, me partí de risa con el final. O sea, fue en plan: Zas, en toda la cara. ¡Ahí os quedáis! xD Ha estado muy bien, lo he leído del tirón y me ha resultado bastante interesante el tema del botijo, las maldiciones y ese breve paseo por Italia. ¡Muy bueno, sigue así!

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  3. Me ha gustado mucho la forma en la que está narrada, no me esperaba que fuese una carta pero queda perfecto, tiene mucho sentido, está muy genial el relato, ¡suerte en el reto!💕

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  4. Pobre familia, maldita para siempre por culpa del botijo. Debo decir que te ha quedado muy bien este objetivo, me encanta que, a pesar de la historia trágica, el tono sea un tanto humorístico. En especial la postdata, me ha hecho bastante gracia xD.

    Un par de detalles que he visto, por si te sirven de ayuda:
    En la frase «monumentos o bares que ningún turista no podía perderse» creo que sobra el «no», quedaría mejor «que ningún turista podía perderse».
    En la postdata, «celebrarlo con una botella de ron», creo que debería ser «celebradlo». Aunque los correctores me lo marcan siempre, creo que debería ser imperativo y no infinitivo.

    ¡Felicidades por el genial relato! ¡Hasta otra!

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  5. Me ha gustado, creo que has salido bien airoso del primer objetivo (uno de los que más miedo me dan). Además me parece que está muy bien escrito. Alguna frase me desentona un poco ome suena raro, pero esas cosas son normales, es muy difícil que el propio autor se dé cuenta de ellas. Si lees alguno mío seguro que salen a patadas.

    Muy buen trabajo.

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    1. ¡Hola!
      Hablas como si yo fuese un chico y no lo soy jajaja. Solo que según iba escribiendo tenía la sensación de que pegaba más que lo contase un hombre.
      Hombre, no es fácil darle el protagonismo a un objeto inanimado jaja, pero estoy contenta con el resultado.
      Leeré el tuyo jajaja, aún tengo algunos relatos pendientes.

      Besos 😊😊

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  6. Este objetivo te ha quedado genial y no me esperaba que terminara siendo una carta. Me ha parecido original también la forma de introducir la botella de ron xD

    Enhorabuena por el primer relato. ¡Nos seguimos leyendo durante este año! 😊

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  7. Chica que pena que se quede sólo en pequeños relatos.
    Ya sé que escribir un relato no es lo mismo que una novela, pero el que vale, vale. Y tu hija, te expresas de maravilla. Que envidia me dais cuando veo vuestras entradas que con sólo tres palabras escribís cosas tan bonitas.
    Ánimo y a seguir.
    B7s

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  8. Yo lo único que no me creo de esta historia es que el botijo estuviese en Italia, el botijo es un producto genuinamente castellano. Hombre ya, para un invento español que no se basa en ponerle un palo a algo…

    Pd: En el sexto párrafo tienes «Se disponía a volver a casa con él a casa» y como que me sobra un «a casa». Y la frase que sigue también me resulta un poco confusa, he tenido que leerla un par de veces.

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    1. ¡Hola!
      Todo objeto tiene su origen, pero encontrar lo puedes encontrar en cualquier lado. En ningún lado he contado cómo ha llegado el botijo a Italia jajaja.
      Ya he corregido lo de la casa y he la frase siguiente jeje.
      Gracias por avisar de los fallos ^^

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  9. ¡Hola! Primero de todo, me he vuelto a suscribir a tu wordpress porque me ha dado un fallo raro (?), así que no te asustes si te envía la plataforma un mensaje o algo avisándote xD.
    Por otro lado, me ha encantado tu relato *_*. La verdad que solo suelo leer relatos de dos o tres blogs, así que me alegro que tu también te hayas animado (creo que no he leído nada tuyo todavía). Ha sido super original e intrigante :P.
    Un beso.

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    1. ¡Hola!
      No, relato en sí no he publicado por aquí nada. Reflexiones sí, pero relato no porque nunca me he animado sacarlos a la luz, pero con este reto sí jeje.
      Me alegre de que te guste.

      Besos ^^

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  10. Muy buenas,
    Me ha sorprendido que al final todo fuese una carta, y mira que viéndolo desde esa perspectiva sí que estaba narrado como una, pero no lo imaginé hasta la firma jaja. Muy buena idea.
    Por otro lado, todo es bastante fluído y creo que es un acierto empezar la historia mencionando el botijo para después retroceder en el tiempo y contar su origen. A pesar del drama y de que todo sea una despedida, me ha parecido que está narrado de forma graciosa, es como una resignación de estar contando todo esto en un bar ahogando las penas en alcohol o algo así. No sé bien por qué pero me ha hecho gracia realmente el tono del relato.

    Para terminar, querría saber si lo he entendido bien, al final el dueño del botijo se suicida ¿y de esa manera se rompe la maldición?
    Un detalle, dices que «se difuminó» y que «una persona no podía difuminarse». Creo que la palabra que querías poner es «desintegró» (que desapareció, vaya) ya que difuminarse sería como si perdiese algo de brillo o algo así.

    Muy buen realto, enhorabuena por tu primer origi-reto!

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    1. ¡Hola!
      Pensé que con ese final dejaba claro que sí se suividaba. Y lo de desintegrar, pues queda mejor, pero a veces no viene a la mente en el momento que hace falta jajaja.
      A ver, que no lo he escrito en plan cómido y me hace gracia que lo veáis así. Que no me lo tomo a mal, ojo, pero me hace gracia.
      Besos 😘

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  11. ¡Hola guapa!

    Ya tenía yo ganas de leerte y reconozco que has sido todo un descubrimiento para mí porque me ha gustado un montón cómo escribes, así que mis felicitaciones ^^ Como comentan por ahí arriba, gracias a tus descripciones es posible meterse de lleno en la ambientación y visitar esos lugares que visitan los personajes 🙂

    Oye, qué mala Dalia dándole el botijo a Sebastián para librarse de él y su maldición, ¿no? Jajajaj Aunque pensándolo bien, creo que yo también lo hubiese hecho xD Después he seguido leyendo y me ha dado pena, mucha 😦 Jope, ya el final no me ha gustado tanto por culpa de la maldición del botijo, pero bueno… Sigue pareciéndome un buen relato y ya tengo ganas de leerte de nuevo ^^

    ¡Besos!

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  12. Hola Ana!
    A ver como se te da esto! que nunca he leído nada tuyo, creo.
    Suerte.
    Pues oye no se te ha dado nada mal eh ! ah sido raro, diferente, me has sorprendido con toda la de la ley.
    Es cierto que el tema de te doy el botijo llevártelo, vale me lo llevo me ha parecido un poco anda ya que tontería porque sería así pero bueno luego lo has arreglado con el chas y desaparezco !.
    Tampoco me ha gustado el final porque no he entendido muy bien si huía o si se suicidaba, y se parecía más a la segunda parte y si es así los hijos deberían heredarlo igualmente ya que cuando el abuelo moría supongo que iba al padre y sucesivamente. Pero ya sabes que yo soy muy tikismikis XD.
    Mola mola, quiero más tuyo.
    besis.

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  13. ¡Hola!

    Me ha hecho mucha ilusión leer nombres de sitios porque me ha recordado mi viaje a Roma. No me había dado cuenta de que era una carta hasta bien entrado el final (quizás se empiece a entrever en el párrafo de: «¿A qué viene toda esta historia?»), y lo de celebrar todo con una botella de ron… Miedo me da. A ver si no va a ser ese el siguiente objeto maldito. Yo no brindaría mucho.

    P.D.: Spin-off sobre Dalia, por favor.

    Nos leemos 🙂

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  14. Me encanta el toque señorial del hipogrifo en el botijo y la desaparición misteriosa de Dalia me ha dejado con ganas de saber la historia real del botijo maldito… pero lo que más me ha gustado sin lugar a dudas es que los planes de Sebastián en Roma son primero comer y después visitar cosas. Comparto sus prioridades al 100% xD

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  15. ¡Hola!
    Bueno, bueno, bueno, bueno, la verdad que no me esperaba el final para nada. Otra vez te lo vuelvo a decir pegada a la pantalla leyendo hasta el final y sin pestañear para no perderme nada de nada. Sigue adelante, nunca dejes de escribir.
    Nos leemos.

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  16. Hola!
    Nunca había leído nada tuyo (o eso creo) y la verdad es que ha sido una grata sorpresa ^^ tu relato me ha gustado mucho y veo potencial en ti *-* sin duda estaré atenta al reto porque estoy segura de que me va a encantar todo.
    Espero que disfrutes mucho de este nuevo reto de escritura 😛 al fin y al cabo se trata de eso.
    Un beso, nos leemos

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  17. Me han gustado mucho los detalles históricos. La decoración del botijo con un hipogrifo me ha cautivado, pero al principio esa figura parece tener más importancia de la que en realidad tiene. Creo que deberías haberlo explotado un poco más. ¿Por qué un hipogrifo? Me surgen además varias dudas: ¿por qué desaparece la anciana?, ¿por qué lo hace Dalia? El final me desconcierta un poco, es como si me faltase información. No acabas de cerrar el círculo de preguntas. Al menos no para mí. Pero la historia te mantiene en tensión hasta el final, desde luego. Hay algún error gramatical: exceso de conjunciones; uso erróneo de tiempos verbales… Pero el relato engancha y mucho. Además logras integrar en él: tanto el botijo, como una maldición (rizando el rizo); la botella de ron y una figura mitológica. ¡Muy buen relato!

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    1. ¡Hola!
      ¿Me puedes decir dónde están esos errores gramaticales y de tiempos verbales?
      Me resulta raro, puesto que antes de publicarlo me lo corrigió mi novio y él nunca tiene faltas :$

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  18. Hola!

    El relato es original, no hay duda. Aunque me parece que está demasiado resumido, y que hay cosas que quedan en el aire como ya te han comentado (el por qué de las desapariciones, el por qué del grifo y no otra cosa, por qué las desgracias en general, por qué el narrador está salvando a su hijo. Cómo se ha descubierto que el botijo es irrompible…). Por lo demás cumple muy bien con lo que te habías propuesto, así que el relato es un éxito. (Madre mía, estoy tentada de hacer un meme para esto)

    Te señalo alguna cosita que me chirría, en el apartado técnico.
    Pones al principio, cuando describes el botijo «donde en uno de sus lados»… yo esto lo reformularía, quizás quitando el donde para darle una estructura fluida y correcta. Por cierto, los dibujos en la cerámica no suelen estar grabados, si no pintados y lacados o barnizados.

    Cuidado con las repeticiones cercanas. A veces sirven para poner énfasis en algo, pero a veces no aportan demasiado Por ejemplo, entiendo que repites botijo al principio porque se trata de un objeto relevante en la trama. Pero en el párrafo central repites mucho casa, y sospecho que no lo haces con un propósito estilístico.

    Hay algo de acelerado en los párrafos finales (desde la desaparición de Dalia e incluso en ese párrafo), y también de confuso. Creo que le vendría bien una reescritura que le diese más palabras y desgranase más la historia en sus pequeños detalles.

    He visto que tiendes a hacer frases hiperlargas. Yo era la presidenta de ese club (el de la gente que escribe con frases que duran párrafos enteros), pero descubrí a nuestro salvador el punto y seguido. Abraza al salvador y renuncia a tus días de no dejar respirar a los lectores. No, es broma. Ahora en serio. Entiendo que las frases largas son, al menos ahora mismo, parte de tu estilo. Pero es cierto que el punto y seguido es tu amigo. Usar frases más cortas no hace tu escritura más simple o de peor calidad. En ocasiones, incluso ayuda con el ritmo.

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